En este siglo, los acontecimientos históricos de una parte y
la evolución de la ciencia de la otra, han marcado los sucesivos cambios
estéticos de la mujer.
Fue tan sólo a principios de este siglo cuando las mujeres
llevaban anchos y largos vestidos y, sin embargo… ¡nos parece tan lejano! De la
palidez que las damas querían conseguir a toda costa al bronceado permanente,
que con igual obsesión se desea hoy en día, han pasado poco más de cuarenta
años.
Décadas de esplendor se han sucedido rápidamente por épocas
de crisis, de grandes guerras. Los cambios sociales han sido apresurados y con
ellos la moda y la Estética, que se han amoldado a cada nuevo periodo.
Lo que antes se mantenía durante décadas dura actualmente
unos pocos años.
A la eterna necesidad de belleza en el mundo femenino se han
unido la ciencia y un nuevo sistema de vida en el que es imposible separar la
actividad diaria del aspecto personal. Las mujeres de hoy en día tienen ante
ellas un mundo que nunca antes se hubiera podido sospechar por el alto grado de
conocimientos y tratamientos que posee la Estética actual. Los conocimientos científicos
han ayudado, y ayudarán enormemente, a mejorar el trabajo de la esteticista. De
una parte, al conocer más profundamente los orígenes y las causas de muchos
problemas del organismo, es más fácil poder aplicar tratamientos que los
solucionen.
Además, los conocimientos técnicos son, hoy por hoy,
imprescindibles en los Centros de Belleza, puesto que resultan fundamentales para
la aplicación de todo tipo de tratamientos.
La inmensa mayoría de los tratamientos efectuados en un
Centro de Belleza requieren la estrecha colaboración de la esteticista con los
procedimientos científicos. Desde la limpieza de cutis con aplicaciones de
rayos ultravioleta o vapores cómo en la Estética actual y prácticamente en
todos los terrenos se hace imprescindible la aplicación de técnicas científicas
de primer orden.
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